Derechos de los niños
Francisco Cobos,
psiquiatra infantil, comenta que el niño en situación de desplazamiento sufre,
“de manera simultánea, todas las pérdidas más críticas para el desarrollo
normal, para la supervivencia, si no física, por lo menos psicológica del
individuo”. Cuando le preguntó a un niño, entre otras cosas, qué echaba de
menos, el niño le contestó: “nadar en el río, la casa, el campo, las plantas,
los animales”, y es que el niño no pierde sólo los objetos amados más cercanos
(la familia) que le proporcionan la sobrevivencia inmediata; ellos pierden
otros ‘objetos amados’, que hacen parte de su entorno, del paisaje en el cual
se desarrollan. Y es que los seres humanos, según Cobos, somos sistemas
organizados y abiertos, lo que quiere decir que necesitamos de elementos
externos para mantener esa organización, de lo contrario enfermamos o morimos.
Es tal la importancia de
lo que ‘poseemos’ que la naturaleza misma nos ha proporcionado de elementos
para prevenir la pérdida, sí, la pérdida, porque es esto lo que siente la
persona desplazada, una profunda pérdida.
El niño en situación de
desplazamiento: “Rompe todo vínculo con la comunidad de origen, desde la
participación comunitaria hasta los sentimientos que apegan a una determinada
región. Se pierden los referentes geográficos, afectivos y simbólicos que atan
al pueblo o al campo. En este sentido, la estructura que fundamenta la vida
personal, familiar y social sufre un fuerte impacto de desestructuración, toda
vez que el desplazamiento forzado rompe con la cotidianidad de cada sujeto
social y del contexto en el cual participa.” (Ibíd.:49). Es decir, que la vida
del menor cambia por completo y pasa de una vida relativamente ‘plácida’ a un
medio agresivo, donde lo que sigue es la pobreza, el ambiente hostil de los
tugurios de las ciudades, la marginalidad y el desconocimiento continuo de sus
derechos, ya que las condiciones de vida de los lugares a donde llegan no son
las mejores ni tienen los requisitos mínimos para el normal desarrollo humano y
social, generando así una sensación de desorientación y nostalgia, sentimientos
de odio y venganza, pues han debido abandonar un espacio apacible, agradable,
amplio, saludable para habitar los barrios más pobres de las ciudades, donde
deberán disputarse con la comunidad receptora la poca cobertura de servicios
públicos, en el caso de que estos existan. En otras palabras, lo que hacen las
personas en situación de desplazamiento es llegar a engrosar los cordones de
miseria de las ciudades, pues las posibilidades que tienen los gobiernos
locales para atender estas poblaciones son mínimas.
Lo anterior permite
pensar que los niños y adolescentes en situación de desplazamiento en Colombia,
se ven enfrentados a situaciones críticas de carácter social, cultural y
psicológico que deben ser resueltas, pues normalmente la atención se centra en
la vulnerabilidad física (salud, alimentación) descuidando aspectos tan
importantes como los antes mencionados. Esto no significa que la exposición al
hambre y la enfermedad sean aspectos irrelevantes a la hora de la atención,
pues estos no solo tienen repercusiones físicas sino también emocionales;
además, factores como la falta de alimentación, agua potable, hacinamiento y en
otros casos la absoluta falta de vivienda son causa de enfermedades que
potencian la tasa de mortalidad de este grupo poblacional.
Para sumar a la angustia
de su salida forzada y la de sus familiares en medio de las amenazas, el miedo
y la muerte, y a la situación precaria en la que se ven obligados a vivir, está
el hecho de ser estigmatizados y marginados, pues los denominan con frases
peyorativas que socavan su autoestima e incluso los califican como
colaboradores de uno u otro actor armado, por lo que es común escuchar frases
como ‘por algo los sacaron’ o ‘el que las debe las paga’. De esta manera las
condiciones de residencia y posible inserción social son difíciles para muchas
de estas personas, al punto que algunos procuran invisibilizarse ante la
comunidad que los acoge y solo asumen su situación ante las entidades estatales
o las ONG’s. Un grave problema de los menores en situación de desplazamiento es
la escolaridad, pues la mayoría de los niños que estudiaban en las zonas de
expulsión no pudieron continuar en el colegio después de ser desplazados:por
dificultades económicas, por falta de cupos escolares, de útiles y uniformes,
por problemas psicológicos y de estigmatización. En este sentido no se
presentan sólo problemas económicos, hay que tener en cuenta que el niño en
situación de desplazamiento manifiesta problemas en su desarrollo psicológico,
de aprendizaje y se le dificulta concentrarse y memorizar, lo que conlleva a un
atraso en su formación académica, además de que en muchos casos sufren el
rechazo y estigmatización de los mismos maestros y directivas de las instituciones
educativas. Sin embargo, es claro que los ejercicios de carácter formativo y el
ingreso a la escuela son un aspecto prioritario en la asistencia de los
menores, pues las actividades académicas ofrecerán al menor un sentimiento de
tranquilidad, de estabilidad, la posibilidad de establecer relaciones con sus
pares, todo lo cual favorecerá la confianza en sí mismos.
Pese a esto, el sistema
educativo colombiano no está preparado para afrontar este tipo de situaciones,
pues sin el ánimo de señalar una vez más a los menores en situación de
desplazamiento, es necesario entender que han pasado por una situación
traumática y por tanto deben recibir una atención especial, lo que requiere una
reestructuración del sistema educativo que permita hacerlo posible en el aula
de clase regular, pues no pretendemos fundar ‘escuelas para desplazados’. Como se mencionó anteriormente, los menores
también presentan dificultades en su desarrollo psicológico, pues las
situaciones vividas al no ser elaboradas de manera adecuada y oportuna, afectan
la estructuración de la personalidad del menor, pues se ven inmersos en
depresiones, angustias, problemas para conciliar el sueño que inciden de manera
relevante en su desarrollo y desempeño social, aunando una problemática más a
su ya alterada cotidianidad. “Esa gente empezó a dar bala como desde las nueve
de la mañana y eran las tres de la tarde y todavía se estaban dando bala. Mi
niño pequeño quedó muy mal, no puede oír un tronante ni un avión porque corre a
esconderse”
Es triste darse cuenta
que, además de las anteriores consecuencias psicológicas, que por lo demás son
inmediatas, muchos niños desarrollan actitudes y conductas agresivas, basadas
en la violencia y la fuerza, lo que altera el desempeño escolar y las relaciones
sociales y familiares; estas conductas son incentivadas por un fuerte deseo
consciente o inconsciente de venganza (Ibíd.:46). Y es que ante tanta zozobra,
incertidumbre, el desconocimiento de las reglas de juego en un nuevo medio, la
persona en situación de desplazamiento impone una actitud defensiva, se
deshumaniza ante el dolor y el sufrimiento, prevalece en su interacción social
la rabia y la agresión, alterando así sus capacidades relacionales y de
comunicación, lo que incide de manera negativa en su proceso de estabilización.
Para incrementar las penalidades de los niños, y aunque el artículo 32 de la
Convención sobre los Derechos del Niño los protege contra la explotación
laboral, ellos se ven en la necesidad de ayudar a la economía de su hogar, de tal
manera que encontramos menores pidiendo en las calles, vinculados al comercio
informal, como ayudantes de construcción; las niñas consiguen ‘empleo’ como
domésticas. Pero otros, con menos ‘suerte’ se ven inmersos en el mundo del
crimen y la prostitución, como única alternativa La nota paradójica es que
muchos de estos niños y jóvenes que han sido desplazados, son reclutados o se
vinculan (como una opción laboral, por deseos de venganza...) a los mismos
grupos armados que fueron la causa de su desplazamiento, o al adversario como
una manera de retaliación a su agresor. Pero, cualquiera sea el motivo que
impulse la vinculación de los menores de edad a uno u otro actor armado, esta
vinculación es una clara violación a los derechos del niño, de por sí ya muy transgredidos.
Al ser parte activa de un grupo armado, los niños dejarán atrás su infancia y
adoptarán responsabilidades de adultos. Es importante dejar claro que la mayor
motivación, entre otras, para la vinculación de niños, niñas y jóvenes a los
grupos irregulares obedece al aspecto económico, sea porque ellos ven en esto
la única posibilidad de generar ingresos, sea porque sus padres, dada las
condiciones de pobreza, los ofrezcan al servicio. De otro lado, muchas personas
adultas se desplazan precisamente para evitar el reclutamiento de sus hijos por
parte de los grupos irregulares.
Como se habrá podido
notar, el desplazamiento forzado viola todos y cada uno de los derechos
fundamentales de los niños: la vida, la integridad física y psicológica, la
libertad, el derecho a una familia, la educación, salud y recreación, así como
a estar protegidos contra cualquier forma de violencia, explotación laboral y a
ser parte activa de conflictos bélicos. Por
todo lo anterior, una política de atención a los menores en situación de
desplazamiento requiere de integralidad, pues la vida de los niños, y también
de los adultos, está girando alrededor de sentimientos de odio y venganza,
entre otras cosas por haber perdido los pilares de su existencia: sueños, ilusiones,
sus raíces, su pasado y su entorno, pues han debido efectuar una huida en
condiciones precarias y enfrentar múltiples alteraciones fuera de su ambiente,
donde solo han hallado soledad y desesperanza, donde la tragedia más que
terminar se empeña en seguir siendo parte de su vida. Por esto, una política de atención integral
para los menores debería no solo ofrecer ayuda física sino también emocional,
en pro de establecer condiciones favorables para que resuelvan los graves
problemas que les han causado y que no podrán resolver por sí mismos. Como se
mencionó anteriormente, el desplaza miento forzado afecta todos los aspectos
del desarrollo del niño (físico, mental y emocional) y por tanto todos y cada
uno deberán ser atendidos, además de velar por el cumplimiento de sus derechos
fundamentales. En este interés, no habrá que centrarse solo en lesiones
emocionales o físicas, pues los problemas de los niños pueden tener diversas
causas y estar interrelacionadas, así, el planteamiento de programas integrales
deberán contemplar la recuperación y el restablecimiento, ocupándose
prioritariamente del presente, favoreciendo la adecuada inserción social en
el nuevo espacio cotidiano del niño y fortaleciendo sus potencialidades, para
lo cual se debería cuidar especialmente su vinculación a los espacios
académicos, pues hay que recordar el importante papel de éstos en el proceso de
socialización del ser humano, con lo que se potencia su desarrollo emocional y
social. Sin embargo, es esto lo que los
mayores, desde nuestra ‘adultez’ creemos pertinente, pero ¿cómo ve su futuro el
menor desde ‘su sentir de niño’? Es esta inquietud la que lleva a pensar acerca
de la importancia de construir un proceso dialógico con el menor, donde ellos,
desde sus capacidades, opinen sobre lo que necesitan, pero ante todo, que sean
escuchados en sus posiciones y percepciones al respecto, para así elaborar
propuestas de atención a estas necesidades desde un principio de realidad y no
meramente desde un principio de suposición.
1.
Que derechos del niño y el joven viola el desplazamiento
2.
Que
pierde el niño según los psicólogos.
3.
Por
qué ser estigmatizados es una forma de violentarlos
Desarrolla en una hoja y
entrega al docente.
Creatividad.
La creatividad es una característica exclusiva de
los seres humanos. Los niños suelen ser muy creativos y expresan sin
inhibiciones sus ideas y mundos inventados. Ser creativos es para ellos
algo natural, que no necesita esfuerzo ni análisis. A medida que los seres
humanos avanzan en edad, la habilidad de expresar la creatividad suele
disminuir o hasta desaparecer. Algunas de las razones pueden ser
internas- como prejuicios y autoestima baja-, pueden ser externas- presión de
grupo o ambiente social negativo- o podría ser una combinación de estos
factores.
Algunas personas piensan que la creatividad
es una cualidad con la que se nace; otros, por su parte, aseguran que se puede
aprender. Hay quienes le conceden mucha importancia para todo aspecto de
la vida, mientras que otros no creen en ella o la consideran
inalcanzable. Sin embargo, enfrentarse a la vida de forma
creativa trae muchos beneficios. El cultivo de esta cualidad ayuda a
desarrollar otras destrezas que exhiben las personas creativas, como las
ocho que identifica William
C. Miller (2000) en su libro “The Flash of Brilliance Workbook”:
1. ver el alcance de
las cosas
2. tomar la
iniciativa
3. estar abiertos a
nuevas maneras de hacer las cosas
4. buscar las ideas
de otros
5. generar muchas
opciones
6. tomar decisiones basadas
en los valores
7. tomar acción y ser
persistentes
8. compartir el
crédito y compensarse a sí mismo y a los demás.
En la etapa de la
adolescencia es cuando se suele dejar atrás la libertad creativa de la que se
disfrutaba en la niñez. Al suceder esto, se puede detener el desarrollo
de este aspecto tan importante de la personalidad o quedar prácticamente nulo,
lo cual privaría al individuo de las ventajas que ser una persona creativa
puede traerle.
Ser creativos representa una gran ventaja en
el desarrollo de la personalidad de los jóvenes. Muchos
autores concuerdan en que cuando se exhibe la creatividad, se pueden
identificar ciertas características predominantes. Por ejemplo, Ayan
(1997), Stile (1996) y Benjamín (1984), mencionan las cuatro habilidades del
pensador divergente y creativo que identifica el Dr. J. P. Torrance
basándose en la “Prueba del pensamiento crítico”, desarrollada por él.
Estas son:
1.
fluidez o soltura- que es la habilidad de generar una gran
cantidad de ideas
2.
flexibilidad- habilidad de generar ideas en varias categorías
3.
originalidad- habilidad de generar ideas inusuales
4.
elaboración- la habilidad de añadir detalles o expandir el
objeto mismo.
Benjamín identifica, además, otras características
de la persona altamente creativa: flexibilidad más que rigidez, apertura a
nuevas ideas y experiencias, y tolerancia a la ambigüedad. Posee una
amplia gama de intereses, curiosidad, entusiasmo, energía, una imaginación
vívida. También es juguetón, persistente y se siente cómodo con el
cambio. Tiene, además, la capacidad para trabajar fuerte, mostrar
compromiso y concentrarse en el pensamiento divergente. Weiss (1997)
identifica otras trece características de la persona creativa.
Según esta autora, esas características nos son conocidas, pues todos las
tenemos en algún grado; pero, no hay que poseerlas todas para ser
creativo. Estas son:
·
originalidad
·
independencia de pensamiento
·
atracción a la complejidad y a sus
misterios
·
intuición
·
toma de riesgos
·
curiosidad (mental o física)
·
flexibilidad
·
gusto por la ambigüedad
·
despreocupación por las reglas
·
disfrute del fluir de ideas
·
habilidad síquica
·
habilidad de combinar dos temas diferentes
de manera innovadora.
Hausner (2000) indica que hay cuatro rasgos que las
personas creativas tienen en común (de acuerdo a un grupo de psicólogos
infantiles, educadores, historiadores, gurús empresariales y otros
expertos). La primera característica es que “las personas creativas casi
siempre muestran el deseo, incluso la necesidad, de mejorar las cosas”, y
tienen la motivación para lograrlo. La segunda característica es que
“tiene la facultad de ‘dar la vuelta’ a las cosas, de no verlas desde una sola
perspectiva”, por eso puede descubrir usos inesperados a los objetos comunes,
hacer las tareas cotidianas de una forma imprevista y cuestionar las normas
aceptadas y el saber convencional. El tercero es que “mantiene la mente
abierta frente a las ideas nuevas, sobre todo cuando son absurdas o inusuales”,
solo las rechaza luego de haberlas considerado con profundidad. Por
último, estas personas se sienten impulsadas a poner en práctica sus ideas, ya
que, no hay creación a menos que las ideas se lleven a cabo.
De otra parte, Lynn Weiss (1997) sostiene que
la creatividad no se aprende, viene automáticamente; surge de adentro y es
moldeada por las diferencias físicas, emocionales, mentales y cognitivas y
necesita libertad. Por su parte, Higgins (2000) menciona que el pensamiento
creativo es un hábito que puede desarrollarse explícitamente desde etapas
tempranas. Jordan Ayan (1997), en su libro “Aha!”, alega que se puede
aprender a ser más creativo. Añade que esto es importante pues “la
creatividad permite disfrutar de la vida, sentirse vivo” y, ser creativo,
“juega un papel crucial en la felicidad personal y los logros
profesionales”. Con una opinión similar, Kerka (1999) relaciona la
actividad creativa con el sentimiento de bienestar, tanto a nivel psicológico
como físico. A tono con esto, Kahn (citado por Kerka), sostiene
que, el participar regularmente en actividades creativas, contribuye a tener un
sentimiento de bienestar general. Similar a esto, Lindauer (citado
también por Kerka) dice que “envolverse en actividades creativas tiene un
efecto positivo y terapéutico”.
1. Según Benjamín que características
tiene la persona creativa
2. De los cuatro rasgos que propone
Hausner, cuál te parece más importante y por que
3. Cuál es la relación creatividad y
adolescencia, explica.
Desarrolla en una hoja y
entrega al docente.
Justicia
JUSTICIA.
(Del latín jus, justitia. Derecho, justicia, equidad.) f. Una de las cuatro
virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o
pertenece. 2. Derecho, razón, equidad. 3. Lo que debe hacerse según derecho o
razón. 4. Poder judicial.
JUSTO. (Del latín justus. Justo, legítimo, recto, bueno.) adj. Que obra según justicia y razón. 2. Para los creyentes, que vive según la ley de Dios. 3. Exacto. 4. Justamente, debidamente.
LA JUSTICIA
La justicia consiste en conocer, respetar y hacer valer los derechos de las personas. Honrar a los que han sido buenos con nosotros, dar el debido salario a un trabajador, reconocer los méritos de un buen estudiante o un abnegado colaborador son, entre otros, actos de justicia porque dan a cada cual lo que se merece y lo que necesita para desarrollarse plenamente y vivir con dignidad. Así como ser justos implica reconocer, aplaudir y fomentar las buenas acciones y las buenas causas, también implica condenar todos aquellos comportamientos que hacen daño a los individuos o a la sociedad y velar porque los responsables sean debidamente castigados por las autoridades judiciales correspondientes.
Para ser justos...
- Desarrollemos nuestro sentido de lo que está bien y lo que está mal.
- Seamos honestos, rectos y, sobre todo, compasivos y humanos.
- No permitamos que se cometan atropellos contra nosotros mismos ni contra los demás.
- Protestemos con energía y denunciemos los abusos de todo tipo y los crímenes, vengan
de donde vengan.
JUSTO. (Del latín justus. Justo, legítimo, recto, bueno.) adj. Que obra según justicia y razón. 2. Para los creyentes, que vive según la ley de Dios. 3. Exacto. 4. Justamente, debidamente.
LA JUSTICIA
La justicia consiste en conocer, respetar y hacer valer los derechos de las personas. Honrar a los que han sido buenos con nosotros, dar el debido salario a un trabajador, reconocer los méritos de un buen estudiante o un abnegado colaborador son, entre otros, actos de justicia porque dan a cada cual lo que se merece y lo que necesita para desarrollarse plenamente y vivir con dignidad. Así como ser justos implica reconocer, aplaudir y fomentar las buenas acciones y las buenas causas, también implica condenar todos aquellos comportamientos que hacen daño a los individuos o a la sociedad y velar porque los responsables sean debidamente castigados por las autoridades judiciales correspondientes.
Para ser justos...
- Desarrollemos nuestro sentido de lo que está bien y lo que está mal.
- Seamos honestos, rectos y, sobre todo, compasivos y humanos.
- No permitamos que se cometan atropellos contra nosotros mismos ni contra los demás.
- Protestemos con energía y denunciemos los abusos de todo tipo y los crímenes, vengan
de donde vengan.
La injusticia...
La injusticia tiene lugar cuando se desconocen o no son respetados los derechos fundamentales de las personas. Una persona es injusta con otra, por ejemplo, cuando es desagradecida, cuando le niega un reconocimiento al que tiene derecho, cuando le paga un salario inferior al que se merece o la abandona a su suerte luego de beneficiarse de ella durante años enteros. La injusticia no sólo se manifiesta en el plano individual, sino también en el social. Un sistema social es injusto cuando la riqueza está mal repartida y sólo unos pocos pueden disfrutar de ella, en tanto que el resto de la población pasa grandes trabajos para vivir dignamente o sobrevive en la miseria; cuando el gobierno se olvida de los ciudadanos más trabajadores o los más pobres y no los protege debidamente de la voracidad de los que sólo persiguen explotarlos; o cuando su aparato judicial es ineficiente y permite que se cometan toda clase de atropellos contra personas inocentes.
Obstáculos para la justicia...
- La arbitrariedad con que suelen obrar quienes tienen el poder.
- La impunidad que premia a los pícaros, a los ladrones, a quienes traicionan la confianza pública y a quienes anteponen su propio beneficio al cumplimiento de la ley.
- La ausencia de autoridades legítimas que tengan la fortaleza necesaria para garantizar que cada quien tenga acceso a lo que le corresponde.
Los justos son buenos, honestos, estrictos, responsables, agradecidos, tolerantes, humanos, compasivos.
Los injustos son egoístas, insensibles, arbitrarios, desagradecidos, desconsiderados, faltos de humanidad.
Proverbios…
Palabras de justicia: “Justicia, fuerza. Es justo que lo justo sea obedecido, es necesario que lo más fuerte sea obedecido. La justicia sin la fuerza es impotente; la fuerza sin la justicia es tiránica; la justicia sin fuerza encuentra oposición, porque siempre hay malvados; la fuerza sin la justicia es indeseada. Hay, pues, que unir la justicia y la fuerza, y conseguir así que lo justo sea fuerte, y que lo fuerte sea justo". (Blas Pascal)
“Quien no es más que justo, es duro.” (Voltaire)
“La justicia es un firme y constante deseo de dar a cada uno lo que es debido”.
“Por aquello que llamamos justo queremos decir lo que es legal, lo que es limpio y equitativo”. (Aristóteles)
“Nadie se queja de tener lo que no se merece”. (Jane Austen)
“Si haces lo que no debes, deberás sufrir lo que no mereces”. (Benjamín Franklin)
“La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; vacilante la experiencia, y el juicio difícil”. (Hipócrates)
“Es una equivocación garrafal el sentar teorías antes de disponer de todos los elementos de juicio”. (Sherlock Colmes, famoso personaje creado por Sir Conan Doyle)
“El propósito de la justicia es dar a cada quien lo debido”. (Cicerón)
De la sabiduría popular: “El que con lo ajeno se viste, en la calle lo desvisten”, “Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao”, “Quien da una oportunidad a otro, obra con justicia”, “Seamos justos...”.
Personaje
Salomón
Un rey justo y humano
En los tiempos bíblicos, la sabiduría era más apreciada que la riqueza o cualquier otra forma de autoridad.
Era un término muy amplio, que incluía reinar con justicia, pero también los buenos modales y comportarse con delicadeza. De todos los personajes de la Biblia, el rey Salomón es el que más directamente se asocia con la justicia. La siguiente anécdota ilustra muy bien su sentido de lo humano:Un día se presentaron ante él dos mujeres que decían ser la madre del mismo bebé. Salomón mandó traer una espada para partir al bebé en dos. A la primera de las dos mujeres esto le pareció justo, mientras que la segunda, llorando, pidió que le dejaran el bebé a su rival. “Dadle el niño a la segunda mujer –sentenció Salomón-. Ella es la verdadera madre”
1.
Por
qué se relaciona sabiduría y justicia
2.
De
las frases relacionadas “ “ escoge una y explica
3.
Que
es ser justo.
Desarrolla en una hoja y entrega al docente.
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